MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA
Antes de dar principio a la oración y al estudio de La Biblia, leeré del primer párrafo de la página 86 de El Discurso Maestro deJesucristo. El capítulo se basa en la oración de El Padre Nuestro.
D.M.J., p. 87 - “Nuestro Salvador dio dos veces el Padrenuestro: la primera vez, a la multitud, en el Sermón del Monte; y la segunda, algunos meses más tarde, a los discípulos solos. Estos habían estado alejados por corto tiempo de su Señor y, al volver, lo encontraron absorto en comunión con Dios. Como si no percibiese la presencia de ellos, él continuó orando en voz alta. Su rostro irradiaba un resplandor celestial. Parecía estar en la misma presencia del Invisible; había un poder viviente en sus palabras, como si hablara con Dios.
Los corazones de los atentos discípulos quedaron profundamente conmovidos. Habían notado cuán a menudo dedicaba él largas horas a la soledad, en comunión con su Padre. Pasaba los días socorriendo a las multitudes que se aglomeraban en derredor suyo y revelando los arteros sofismas de los rabinos. Esta labor incesante le dejaba a menudo tan exhausto que su madre y sus hermanos, y aun sus discípulos, temían que perdiera su vida”.
¿Qué era lo que ellos temían? Ellos temían que Jesús estaba trabajando excesivamente, y que si El continuaba sobrecargando su fuerza, no viviría mucho. Con seguridad tenían el temor de que enfermaría y moriría.
¿Se realizaron sus temores? - No, sucedió al contrario de lo que ellos, esperaban. ¿Qué fue lo que le hizo igual a su tarea? ¿No fue la oración? Si Jesús pudo recibir suficiente fortaleza en sus oraciones para cumplir con Sus deberes, ¿por qué no podremos también nosotros? Arrodillémonos y oremos para conseguirlo.
LO QUE HABRÁ EN LOS ÚLTIMOS DÍAS
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 7 DE SEPTIEMBRE DE 1946
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS
Nuestro estudio en esta tarde se refiere al capítulo 3 de Isaías. Pero como la historia o profecía de este capítulo principia en el capítulo precedente, no podremos obtener un estudio provechoso del capítulo tercero independiente del capítulo segundo. Ninguno de los que principian a estudiar un asunto desde la mitad, siguiendo en sentido progresivo o regresivo, puede comprender el asunto en su continuidad. Si tenemos que comprender la verdad de este asunto, debemos estudiarla en su plenitud. Los perros y gatos, y no la humanidad civilizada comienzan a comer la rebanada del pastel de centro hacia afuera. Nosotros, como humanos inteligentes, y como pueblo de Dios que somos, debemos comer “el pastel” correctamente.
¿Cómo sé yo que el asunto profético de capítulo 3 principia en el segundo capítulo? Porque la conjunción “porque” con que comienza el capítulo 3, implica que algo ha sucedido antes. Así que para adquirir la continuidad de la carga de la Inspiración, estamos compelidos a comenzar nuestro estudio con el mismo versículo con el cual se le dirigió a Isaías que comenzara la profecía:
Isaías 2:1 - “Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén”.
¿Qué fue inducido Isaías a revelar? - Cosas concernientes a
Judá y Jerusalén, la iglesia. Necesitamos saber, sin embargo, con exactitud la generación de este pueblo, porque si la profecía es concerniente a nuestra generación, entonces es de mucho mayor interés para nosotros. Su enseñanza será adaptable especialmente a nuestras urgentes necesidades presentes que será el alimento a su tiempo. Por esta misma razón es como debemos estar seguros de cual es el pueblo a que se aplica la inspiración. Leamos
Isaías 2:2 - “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones”.
No un hombre, no un pueblo o una nación, sino el Señor Mismo así declara. Al profeta le fueron mostradas cosas concernientes a la casa del Señor (la iglesia) “en lo postrero de los tiempos”, - no en los días de Isaías. La declaración “lo postrero de los tiempos” por si misma nos conduce al “tiempo del fin”. Como nos fue enseñado el Sábado pasado, que el tiempo del fin principió en el siglo dieciocho, obviamente entonces, el tiempo está aquí para que esta maravilla de los siglos tome lugar.
Isaías 2:3 - “Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”.
Desde que ningún recogimiento predicho aquí todavía ha tomado lugar, es claro entonces que esta profecía aun está en lo futuro todavía.
Hace algunos años que yo estaba interesado en saber acerca de Isaías 2, y me acerqué a un bien informado y que también era un elocuente predicador para interrogarle acerca de esto. El me contestó diciendo enfáticamente, “Eso nunca será cumplido”. En ese tiempo yo no sabía y su respuesta a mi pregunta en ninguna manera o de otra fue una ayuda para mi. Ahora que el rollo se ha desenvuelto, Dios mismo declara que su Palabra nunca falla, y en El debemos confiar, porque si esta profecía no se cumpliera, entonces ¿Qué seguridad tengo de que sean cumplidas las otras profecías?
Además, si esta profecía no ha de cumplirse, luego por consiguiente, la obra del evangelio tampoco terminaría, porque esta profecía dice la manera en que la obra tiene que terminar - que la ley de Dios durante el día de juicio de los vivientes tiene que salir de Sion, y de Jerusalén la Palabra de Dios, - No de Takoma Park no del Centro del Monte Carmelo, y no de ningún otro lugar.
Después que la obra del juicio en la casa de Dios (1 Pedro 4:17) se completara y los 144.000 siervos de Dios sin mancha, las primicias (Apocalipsis 14: 4) tomen su posición alta y exaltada con el Cordero en el Monte de Sion (Apocalipsis 14:1), luego comienza la cosecha de los segundos frutos. Finalmente los ojos del mundo se abrirán a la situación, y como una nación invita a otra nación la obra del evangelio se apresurará grandemente. Muchos luego, dirán, “Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas”. Todos los profetas han hablado de este grande y maravilloso evento, pero por causa de la brevedad, sólo citaré de un capítulo - Zacarías 2.
“Y díjole: Corre, habla a este mozo, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalén a causa de la multitud de los hombres, y de las bestias en medio de ella. Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y seré por gloria en medio de ella … Canta y alégrate, hija de Sion: porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y uniránse muchas gentes a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. Y Jehová poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén. Calle toda carne delante de Jehová, porque El se ha despertado de su santa morada”. Zacarías 2:4, 5, 10-13.
Isaías 2:4 - “Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra”.
No las naciones, sino la misma Inspiración declara que en el día cuando Dios juzgue a los vivientes, luego aquellas naciones quienes van al monte (la iglesia del Reino purificada) del Señor, “volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” – Las naciones que no aceptan la “reprensión” del Señor, en aquel día, sin embargo se levantarán como locos en contra del “monte” del Señor, como predicho por el profeta Joel, diciendo:
“Pregonad esto entre las gentes, proclamad guerra, despertad a los valientes, lléguense, vengan todos los hombres de guerra. Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el flaco: Fuerte soy. Juntaos y venid, gentes todas de alrededor, y congregaos: haz venir allí, oh Jehová, tus fuertes. Las gentes se despierten, y suban al valle de Josafat: porque allí me sentaré para juzgar todas las gentes de alrededor”. Joel 3:9-12.
Desde que la Inspiración ha dedicado estas publicaciones al anuncio de este evento más importante en conexión con el evangelio - la culminación y triunfo de ello, la separación de lo bueno de lo malo (Mateo 13:30, 47, 48), las cabras de las ovejas (Mateo 25:32); y el establecimiento del monte de la casa del Señor; por lo tanto, no se puede escapar la conclusión que estos capítulos de Isaías fueron escritos especialmente para la iglesia de hoy. Ahora que somos los precursores de este grande y glorioso evento, debemos dar atención especial a lo que estos capítulos tienen que decir. Esto debemos hacer si hemos de preparar el camino del Señor (Mateo 3:3; Isaías 4:3-5). Este mensaje a la iglesia, se ve claramente, ha de preparar a sus miembros para el Juicio antes que “el día grande y terrible de Jehová” comience (Malaquías 4:5). Por esta misma razón las Escrituras a este mismo tiempo son reveladas ahora. Escuchemos ahora la súplica del Señor.
Isaías 2:5 - “Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová”.
Porque la iglesia necesita urgentemente esta luz, la luz que ahora ilumina el Día del Juicio, el Señor hace la súplica anterior a la “casa de Jacob” antitípica, la casa en la cual quedan los 144.000 Jacobitas - los descendientes de las 12 tribus de Israel, quienes por las edades han sido asimilados por las naciones gentiles, y así perdieron su identidad racial.
El interés del Señor de que la Iglesia camine a la luz del Señor (la luz de la Inspiración para hoy) definitivamente implica que ella no está ahora caminando en Su luz. Y Su mandamiento, hallado en el último versículo de este capítulo enfáticamente revela que ella está caminando a la chispa de los hombres no inspirados. Por eso el Señor manda:
Isaías 2:22 - “Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?”.
La razón por la cual sus miembros deben inmediatamente dejarse de los hombres, es dada en los versículos siguientes:
Isaías 3:1-4 - “Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua; el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capitán de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el artífice excelente y el hábil orador. Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores”.
Por más de un siglo nosotros como Adventistas del Séptimo Día hemos estado predicando la obra del Juicio para los Muertos, y ahora debemos ver fácilmente que cuando el Juicio para los Vivientes comience ha de separar los santos de los pecadores - el trigo de la cizaña (Mateo 13:30), el pescado bueno del mal pescado (Mateo 13:47, 48), las ovejas de las cabras (Mateo 25:32-46), las vírgenes prudentes de las insensatas (Mateo 25:1-13).
Claramente entonces, Isaías 3:1-4 revela que entre los que son hallados faltos, son algunos de los hombres poderosos, hombres de guerra, jueces y profetas (maestros de religión), prudentes y ancianos, capitanes y honorables, consejeros y artífices excelentes y oradores elocuentes, y que Dios no tiene respeto de personas, excepto de los pecadores penitentes; es decir El no depende de los así llamados grandes hombres.
Los que se han estado exaltando a sí mismos, causando con esto que el pueblo les siga a los hombres eruditos en lugar de seguir la Inspiración y de esta manera la Verdad progresiva del Señor, han de llevarse como tamo!
Los hermanos quienes por años han estado predicando el Juicio para los Muertos se han vuelto ciegos y necios espiritualmente. Ni siquiera esperan un mensaje para el Juicio para los Vivientes sino dicen con menosprecio, “¡Estas profecías nunca han de cumplirse! Ahora es el tiempo para que reflexionen sobre esta luz junto con la declaración: “Poco serán los hombres grandes que tomarán parte en la obra solemne del fin”. Testimonios para la Iglesia, Volumen 5, página 76.
Volvamos al capítulo 2.
Isaías 2:6 - “Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob (los hombres que son causa que el pueblo los siga a ellos), porque están llenos de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros”.
Al tiempo cuando esta grande cosecha aquí proyectada, está por tomar lugar, Su pueblo profeso, declara Dios, se complacen entre los inconversos. Además, son acusados de ser agoreros. Ellos hábilmente desvanecen con sus explicaciones la Verdad revelada para este tiempo más bien que magnificarlas y proclamarlas.
Isaías 2:7 - “Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son innumerables”.
La casa de Jacob a la que el Señor se refiere aquí, se identifica una vez más por estar en una tierra llena de plata y oro, y carros que aquí no termina el número de ellos. Desde queno hay otra tierra en el mundo de Dios enriquecida con plata, oro y carros como lo es la tierra de los Estados Unidos de América, es muy claro que los Estados Unidos de América, obviamente América es la tierra donde los cuarteles del evangelio están, y es la tierra a la cual Dios se refiere. Hermano, Hermana, El está, por lo tanto, hoy hablándote a ti y a mi, a la entera denominación y particularmente a la Conferencia General (la casa de Jacob) en la Verdad recién revelada, en lenguaje inequívoco. en esta nueva verdad revelada y en su lenguaje bastante claro. ¿Cumplirá usted, cumpliré yo gozosamente con los deseos del Señor? Esta es la gran pregunta ante nosotros, pronto el juicio comenzará y debemos estar seguros que nuestros casos se arreglen.
Isaías 2:8 - “Además su tierra está llena de ídolos [declara Jehová], y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos”.
La tierra del cual se envía el evangelio está también llena de ídolos, El declara, la clase que sus propias manos han hecho; es decir, ellos están orgullosos de su idolatría, y adoran sus logros como si fueran su Dios. El mezquino y el encumbrado ambos practican la hipocresía. No los perdone El exclama, a no ser que se arrepientan.
Isaías 2:10 - “Métete en la peña, escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad”.
Aquí se nos dice claramente que los pecadores eventualmente se encontrarán no preparados para el día de Jehová grande y terrible, que cuando Dios así manifieste su poder, ellos serán realmente atemorizados. Correrán como locos a las rocas y las montañas.
Los eventos de este versículo en particular corren en paralelo con aquellos de Revelación:
“Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de Aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero: Porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?” Apocalipsis 6:15-17.
Evidentemente la profecía de Isaías tiene su cumplimiento en el tiempo del sexto sello. El tiempo en el cual el Señor se sienta sobre el Trono de Su Gloria, no en la nubes, el trono ante el cual se reúnen todas la naciones, y con esto la obra del Juicio empieza: la separación toma lugar, los santos (las ovejas) luego se colocan a Su derecha y los pecadores (las cabras) se ubican a Su izquierda. (Mateo 25:33). El profeta Joel declara el día en estas palabras:
“Meted la hoz, porque el grano ya está maduro. Venid, pisotead, porque el lagar está lleno y rebosan las cubas; pues mucha es la maldad de ellos. Multitudes, multitudes están en el valle de la decisión, porque está cercano el día de Jehová en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retiran su fulgor. Jehová ruge desde Sion y da su voz desde Jerusalén. Tiemblan los cielos y la tierra, pero Jehová es refugio para su pueblo y fortaleza para los hijos de Israel”. Joel 3:13-16
Es el tiempo en el cual dicen:
“Los pecadores en Sion tienen temor; el estremecimiento se ha apoderado de los impíos. ¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros podrá habitar con las llamas eternas?" El que camina en justicia
y habla con rectitud, el que aborrece el lucro de la opresión, el que sacude sus manos para no recibir soborno, el que tapa sus oídos para no oír de hechos de sangre, el que cierra sus ojos para no ver la iniquidad, él vivirá en las alturas, y una fortaleza de roca será su alto refugio. Su pan le será provisto, y su agua no faltará. Ningún morador dirá: "Estoy enfermo”. Al pueblo que habite en ella le será perdonada su iniquidad”. Isaías 33:14-16, 24.
Los pecadores en Sion son los primeros en clamar a las rocas y a las montañas, entonces la proclamación del día grande y terrible del Señor saldrá lejos y extensa diciendo: “Vosotros que estáis lejos, oíd lo que he hecho; y vosotros que estáis cerca, conoced mi poder”. Isaías 33:13.
Ahora es el tiempo para dejar de engañarnos, para resolver servir al Señor de todo corazón, y servir solamente a El.
¿Como sé yo que el gran día del Señor casi está aquí? - Yo lo sé porque el anuncio [mensaje de ello] ya está aquí, y porque el mensaje de poner la marca predicho en el capítulo nueve de Ezequiel, la obra del Juicio, está ya abriéndose paso por todo el mundo Adventista. Lo sé porque el material para la gloria que sigue inmediatamente después (el material que ha de alumbrar la tierra con la gloria del ángel, el Fuerte Clamor - Apocalipsis. 18:1) esta todo listo y esperando.
¿Y qué ocurre luego? - el clamor sale a todo el dominio de Babilonia, diciendo "Salid de ella, pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis sus plagas!” Apocalipsis 18:4. El pueblo de Dios sale de Babilonia para unirse con Su iglesia
purificada y libre de pecado, Sus siervos sin mancha, los 144.000, las primicias del monte de la casa del Señor.
Luego vendrá que de todas las naciones los santos correrán a éste.
“Porque he aquí que las tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones, los pueblos. Más sobre ti [sobre la iglesia purificada, el Monte del Señor] amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. "Alza tus ojos en derredor y mira: Todos ellos se han reunido y han venido a ti. Tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán traídas en brazos. Entonces lo verás y resplandecerás. Tu corazón se estremecerá y se ensanchará, porque la abundancia del mar se habrá vuelto a ti, y la riqueza de las naciones te será traída. Una multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efa; todos ellos vendrán de Seba. Traerán oro e incienso, y proclamarán las alabanzas de Jehová. Todo el ganado de Quedar será reunido para ti; carneros de Nebayot te servirán. Serán una grata ofrenda sobre mi altar, y hermosearé el templo de mi esplendor. ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas hacia sus palomares? Ciertamente, en mí esperarán las costas; y a la cabeza estarán las naves de Tarsis para traer de lejos a tus hijos con su plata y su oro, por el nombre de Jehová tu Dios y por el Santo de Israel que te ha llenado de esplendor. “Los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán. Aunque en mi furor te herí, en mi buena voluntad tendré de ti misericordia. Tus puertas estarán abiertas continuamente. No se cerrarán ni de día ni de noche, para que sean traídas a ti las riquezas de las naciones, y te sean conducidos sus reyes”.
Luego acontecerá que:
Isaías 2:11 - “La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día”.
Por largo tiempo el hombre se ha estado exaltando a si mismo; de hecho se ha exaltado tanto, que tal vez hay muy pocos Cristianos en el mundo que caminen realmente a “la luz del Señor”, más de ellos están siguiendo las chispas del hombre. Siguen las interpretaciones no inspiradas de las Escrituras, - inventos de hombres, hombres que menosprecian la idea de la Inspiración; no ven la necesidad de más Verdad o de profetas, aunque saben muy bien que la única Verdad que jamás haya venido ha sido por los siervos escogidos de Dios. Aun los creyentes de la Verdad Presente no han todavía despertado del todo a esta asombrosa revelación. Muchos de ellos son llevados con cada viento de doctrina, muchos de los cuales son creados por impostores como Coré, Datan y Abiram (Números 16:9-11) codiciando la carga de Moisés - usurpadores del Trono de la Inspiración - siendo partidarios, uno por Pablo y otro por Apolos, por así decirlo! El ojo de la Inspiración, poniendo la mira en este día y mensaje revela que mucho de este autoengaño es el resultado de lo que describe el Espíritu, una hipocresía de doble cara que dice: “Oh hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan acerca de ti, junto a las paredes y a las puertas de las casas. Hablan el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: 'Venid y oíd cuál es la palabra que viene de Jehová!' Vienen a ti como el pueblo acostumbra venir, y se sientan delante de ti como mi pueblo. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. Más bien, expresan motivos sensuales con sus bocas, y su corazón va en pos de sus ganancias deshonestas. He aquí que para ellos tú eres como un cantante de motivos sensuales, cuya voz es agradable y que toca bien. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. Pero cuando esto venga - y he aquí que ya viene - entonces sabrán que hubo un profeta entre ellos”. Ezequiel 33:30-33. Nosotros necesitamos ser hacedores de la Palabra y no meramente oidores. {
Isaías 2:12, 13, 15, 16 - “Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas”.
Por supuesto que estas son expresiones figuradas que se refieren a los hombres altivos y autosuficientes que ante los ojos del pueblo han parecido como los cedros del Líbano y como las encinas del Basán.
Isaías 2:17-20 - “La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día. Y quitará totalmente los ídolos. Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase”.
¿Cuales serán los ídolos abolidos? - los ídolos que caminan. Son, por lo tanto, hombres quienes el pueblo idolatran. Ellos y los que los idolatran, correrán “en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra”. Sólo los que se deshacen de sus ídolos serán liberados. Tres clases de ídolos son mencionados en estos versículos: (1) las obras de las manos de los hombres, (2) los hombres que son reverenciados, (3) el oro y la plata que son adorados. Estos serán abolidos, y no habrá más ídolos.
Ellos y sus adoradores son;
Isaías 2:21 - “y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra”.
Hermano, Hermana, si nosotros no arrojamos ahora nuestros ídolos, nos veremos forzados a hacerlo más tarde, ¿pero qué bien nos hará entonces?
Isaías 3:1 - “Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua”.
El tiempo está a la mano cuando no tendrán los pecadores en Jerusalén y en Judá – los hombres de la Conferencia General y la iglesia entera, no tendrán ni una gota de agua que beber ni un bocado que comer. ¿Quiénes están entre ellos?
Isaías 3:2-4 - “El valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capitán de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el artífice excelente y el hábil orador [Habiendo quitado de entre de ellos los hombres que se exaltaban a si mismos, y habiendo libertado a su pueblo de esta manera, el Señor pone niños y bebés por decirlo así, humildes que gobiernen a su pueblo]. Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores”.
Las señales de los tiempos tienen que ser reconocidas por las condiciones reveladas en el
Isaías 3:5 - “Y el pueblo se hará violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble”.
joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble”.
Puesto que estas cosas están teniendo lugar ahora, nosotros no debemos ignorar el hecho que el “día grande y terrible de Jehová” está a la mano. Los rebeldes y los irreverentes no resistirán el día.
Isaías 3:6 - “Cuando alguno tomare de la mano a su hermano, de la familia de su padre, y le dijere: Tú tienes vestido, tú serás nuestro príncipe, y toma en tus manos esta ruina”.
Decir “Tú tienes vestido, tú serás nuestro príncipe, y toma en tus manos esta ruina”, tal vez equivale a decir: “Si tu gobiernas sobre nosotros al menos tu puedes darnos algo con que vestirnos, y esta ruina será bajo tu cuidado. Tu puedes remediar la situación”.
La manera de pensar y obrar del pueblo en este tiempo de dificultades, de ruina y de adversidad de todas clases, revela claramente que ellos no toman a Dios en consideración, - no, de ninguna manera. Confían en los hombres y en los bienes. Ellos esperan que alguien todavía pueda remediar la situación y salvarlos de la ruina. De esta forma, llamando a los hombres en lugar de invocar a Dios, están actuando como si Dios hubiese abandonado la tierra.
Isaías 3:7 - “El jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo”.
El que es llamado para gobernar, también participa de la actitud del pueblo. El les declara que no es capaz para aliviar el mal, que él también es pobre. Dios, no obstante, hace clara la causa de sus dificultades. Leamos
Isaías 3:8 - “Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído;
porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová para irritar los ojos de su majestad”.
No es el mundo, sino Jerusalén la arruinada, y Judá la caída. ¿Por qué? - Porque sus acciones y sus hechos y sus palabras son en contra del Señor; es decir, se oponen a su Verdad del Juicio. ¿Qué son los ojos de Su gloria? Según Isaías 62:3 y 4:5, Su gloria es Sion que vive para siempre, Su iglesia alumbrada de Verdad. El depositario de Su Verdad revelada, por lo tanto, es Su gloria. Y de acuerdo con 1 de Samuel 9:9, Sus videntes, son Sus “ojos”. Véase 1 Samuel 9:9. Es decir los siervos llenos del Espíritu quien guía en toda Verdad, son los ojos de Su gloria quienes quedan descaradamente irritados [avergonzados] por los pecadores.
Vosotros de hecho sabéis que no hay uno que se nombre a sí mismo Cristiano y hable directamente en contra de Dios. Lo que los profesos Cristianos están haciendo, es hablar cosas en contra de la Verdad revelada de Dios, sin pensar que están hablando en contra del “Espíritu Santo”, y de esta forma en contra de Dios mismo, también.
Aun algunos creyentes de la Verdad Presente de vez en cuando pronuncian una palabra de critica aquí, otra allí, diciendo cosas para sostener su propia reputación y anular la de otros, o para ganar a alguno en favor de su manera de pensar a expensas de la causa de Dios. Esta clase de pecados son los más engañosos. Y cuanto mayor es la habilidad del que se ocupa en estas prácticas, tanto mayor es el daño que ocasiona.
¿No nos han sido dadas las lenguas nuestras para que glorifiquemos a Dios por Su Verdad? O ¿nos han sido dadas para aprovechar de la Verdad revelada de Dios para exaltar el yo, o ganar a otros para pensar de acuerdo a nosotros?
Tal vez las más destructivas de todas son las críticas injustas que con frecuencia se hacen en la presencia de los
niños y jóvenes, o en la presencia de los que no tienen experiencia o información.
¡Estos son daños que nunca puede remediarse! Los padres por una parte se esfuerzan duro para salvar sus hijos, y por otra parte sus conversaciones imprudentes los alejan de Dios y Su Verdad.
Isaías 3:9 - “La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para sí”.
Los pecados que son cometidos, no son de la clase que por regla general comete el pueblo en secreto, sino más bien de la clase de los que el pueblo está orgulloso, porque ellos no los ocultan sino que los cometen abiertamente, y su falta de vergüenza es un testigo contra ellos. Los mismos hombres quienes pudieran haber sido una gran ayuda para Moisés, le fueron un gran problema, creando tribulación y descontento. Hasta el Señor mismo no pudo hacerlos volver a sus sentidos, y como resultado la tierra abrió su boca y los tragó a todos. (Véase Números 16:26-33; Patriarcas y Profetas, páginas 423-429.
El tiempo ha llegado para que salgamos de nuestra infancia, siendo hombres y mujeres estables y maduros en la fe. El tiempo ha venido para que nos sirvamos “carne fuerte” y para darnos cuenta de que la obra que hacemos hubiera acabado mucho tiempo ya en el basurero si habría dependido de la sabiduría humana.
Isaías 3:10-12 - “Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos. ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado. Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos”.
Dios mismo no puede gobernar sobre los orgullosos, llenos de importancia, quienes son autosuficientes. Pero en cuanto a Su pueblo, aun niños y mujeres gobiernan sobre ellos. Estos están siendo ahora advertidos de que el orgullo que hoy reina sobre ellos ocasiona sus errores, destruyendo con esto el plan de Dios para ellos.
Cierto hermano dijo, “Yo espero que el Señor tome pronto las riendas en sus propias manos para liberar a Israel. Aun después de llegar al Mar Rojo, la multitud no sabía que Dios había tomado las riendas en sus Propias Manos. Ellos pensaban también que todas las cosas estaban en manos de Moisés. Cuando milagrosamente pasaron el Mar Rojo y entonaron el canto de liberación, entonces comprendieron que la mano de Dios les dio libertad. Con todo, poco después lo olvidaron todo, y acusaron y condenaron a Moisés porque los trajo a las soledades del desierto. Cuando llegaron a los bordes de la tierra prometida, El no pudo introducirlos a ella, sino que de nuevo los llevó al desierto, y los tuvo allí por cuarenta años.
Aun el maná que diariamente caía a la tierra, no podía convencer a la multitud de que Dios había tomado las riendas en Sus propias manos. Así fue como sus cuerpos muertos cayeron en el desierto, pero los hijos, de quienes ellos pensaban que nunca llegarían al término, ellos fueron los que poseyeron a la tierra (Números 14:1-3, 27-32; 26:63-65).
Hay un cierto elemento a quien Dios mismo no puede convencer de que haya tomado las riendas en Sus Propias manos. Ellos nunca toman órdenes de nadie sino de si mismos. Aquellos individuos independientes seguirán cuestionando y criticando todo en lo que ellos mismos no tienen parte. Así que, no importa su profesión, o que piensan o dicen, no son el pueblo de Dios. Su pueblo verdadero, El declara, son capaces de tomar órdenes hasta de las mujeres y niños.
El pueblo de Dios toma órdenes de cualquiera quien Dios señala porque ellos caminan en la luz del Señor, no en las chispas de los hombres. Declara claramente que aquellos quienes ahora los gobierna, hacen que Su pueblo se equivoquen, y ¡están destruyendo el camino del sendero correcto!
Isaías 3:13, 14 - “Jehová está en pie para litigar, y está para juzgar a los pueblos. Jehová vendrá a juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus príncipes; porque vosotros habéis devorado la viña, y el despojo del pobre está en vuestras casas”.
Esta Escritura declara enfáticamente que el Señor está suplicando mientras El está de pie para juzgar al pueblo, mostrando que el Juicio de los Vivientes empieza después que el anuncio de éste se haya pregonado por toda Laodicea. La carga en contra de los ancianos y príncipes (dirigentes y ministros) es que ellos han devorado la viña, y que han consumido toda la entrada, y que ellos han robado Su pueblo para enriquecerse a si mismos. Es hecho conocido que no sólo el diezmo (la única entrada legal para el ministerio) sino también las ofrendas (la porción para los pobres) y todo lo demás es consumido por el ministerio, y que hasta han tomado el Sábado y la casa de adoración en instituciones para levantar fondos, empleando todos los medios e inventos en el nombre de la religión por el cual pueden hacer los pobres más pobres y a ellos más ricos. No yo, sino el Señor es Quien dice esto. No es exageración, por lo tanto, decir que la casa de Dios ha llegado a ser casa de mercaderes, manejada por ladrones, que las moradas de los ancianos y príncipes son usados como los nidos de ratas empacadoras, y que el día del Sábado ha sido convertido en un día de comercio. “¿Quien puede decir con verdad: ‘Nuestro oro es probado en el fuego y nuestros vestidos no están manchados por el mundo’? He visto a nuestro Instructor señalar vestiduras que se daban por justicia. Al desgarrarlas puso al descubierto la suciedad que cubrían. Luego me dijo: ‘¿No puedes ver con qué falsedad cubrieron su inmundicia y la corrupción de su carácter? ¿Qué, pues, la ciudad fiel ha venido a ser una ramera?’ ¡La casa de mi Padre es hecha un lugar de comercio, de donde se han retirado la gloria y la presencia divinas! Por esta causa hay debilidad y falta la fuerza”. Testimonios para la Iglesia, Volumen 8, página 261.
Viendo que casi todos son vencidos por el Enemigo de las almas, debemos, por lo tanto, tanto más temer a Dios y caminar más de cerca con El, a no ser que nosotros, también, caigamos en la bolsa de trampa que usa el diablo para secuestrar a la gente. Debemos tener cuidado y ser pastores considerados y no injertos crueles.
Encontraréis que el Diablo luchará por vida y se opondrá violentamente al mensaje de este Juicio, y tratará convencer a todos que estas profecías no serán cumplidas. El pueblo verdadero de Dios, no obstante, verá la importancia de su cumplimiento en este tiempo especial, y con gozo aceptarán lo que la Palabra de Dios dice.
Estamos llamados a ser reformadores, no deformadores, recogiendo con Dios, no esparciendo con Satanás. Seamos lo que profesamos ser, y de esta manera estar sin mancha delante del Trono de Dios, sin mentira en nuestras bocas, y por fin sin pecadores en nuestro medio.
Isaías 3:15 - “¿Qué pensáis vosotros que majáis mi pueblo y moléis las caras de los pobres? dice el Señor, Jehová de los ejércitos”.
¡Qué carga tan terrible para sacar provecho de los pobres. Es muy triste que nuestros hermanos hayan caído tan bajo. Y todavía peor es que no {1LO5 22.5}
presten atención a estos mensajes enviados del Cielo, y más bien que dar la bienvenida a ellos, están haciendo todo para evitarlos y guardar a los laicos de llegar en contacto con ellos.
Puedan sus errores ser nuestros peldaños al éxito. Que donde ellos muelen los rostros de los pobres, los hagamos felices, y que nos demos cuenta que recibir uno de los más pequeños del pueblo de Dios, es recibir a Dios mismo. ¡Cuán agradecidos debemos estar por este gran privilegio!