Saludos desde La Academia del Monte Carmelo

Creyendo que “Las instituciones de la sociedad humana encuentran sus mejores modelos en la palabra de Dios” (“Fundamentos de la Educación Cristiana”, p. 95, (en inglés)), estamos empeñados en fundar en el Monte Carmelo una academia diseñada “en el orden y ejemplo de las escuelas de los profetas”. (Id. p. 223)

Además, como el “gran objetivo de todo estudio” es “aprender la voluntad de Dios y los deberes de Su pueblo”, el sistema de educación de la Academia del Monte Carmelo difiere vitalmente de aquellos que están de moda entre las otras instituciones de enseñanza, en que éste consiste, no como los otros, que “tratan las diferentes ramas de estudio separadas de la investigación profunda que involucra el estudio de las Escrituras y el conocimiento de Dios y la vida futura”, esto es, enseñando toda la temática completamente apartada de la Biblia, y completamente divorciada una de la otra, sin un motivo central que los correlacione, en lugar de hacer de la Biblia la fuente de todos sus temas de estudio.

Sin embargo, como el restablecimiento de las escuelas de los profetas está todavía en proceso, no tenemos todavía todas las facilidades ya sea necesarias o adecuadas para la enseñanza de todos los cursos prescritos en el Espíritu de Profecía. Sin embargo, estamos haciendo un esfuerzo hasta el final para obtener un conocimiento de todos los temas enseñados en las antiguas escuelas de los Hebreos, principalmente el tema de “la ley de Dios,... historia sagrada, música sagrada y poesía” (“Patriarcas y Profetas”, p. 644), además de inglés, matemáticas, contabilidad, geografía, fisiología, etc., junto con el entrenamiento industrial en “agricultura, trabajos manuales-tantos oficios útiles como sea posible- economía doméstica, arte culinario, costura, confección de ropa higiénica, tratamientos a enfermos y otras cosas parecidas". – “La Educación”, p. 214.

El Señor se ha “reservado para Sí mismo la educación e instrucción de Israel”, y Su cuidado “no limita el interés religioso de ellos”. Cualquier cosa que afecte “su estado físico y mental”, se convierte “en objeto de su cuidado divino”, y entra “dentro de la providencia de su divina ley”. (“Fundamentos de Educación Cristiana”, p. 95, en inglés) La verdadera educación “abarca todo el ser... Es el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales". – “La Educación”, p. 11. Por lo tanto, a fin de llevar a cabo y mantener un balance físico, mental y espiritual, hemos unido el estudio de las Escrituras y el de las materias académicas con el trabajo físico, equilibrando “el sistema de los poderes físicos y mentales”, ofreciéndole así al estudiante cuatro horas al día de labor mental y cuatro horas de labor manual que consiste en tomar parte activa en los diferentes departamentos de manualidades en el Monte Carmelo. De este modo, el estudiante no sólo gana en beneficios físicos y conocimiento práctico, sino que también ayuda en el adelanto de la obra aquí en el Monte Carmelo.

“Semejante educación provee algo más que una disciplina mental; provee algo más que una preparación física. Fortalece el carácter, de modo que no se sacrifiquen la verdad y la justicia al deseo egoísta o a la ambición mundana. Fortalece la mente contra el mal. En vez de que una pasión dominante llegue a ser un poder destructor, se amoldan cada motivo y deseo a los grandes principios de la justicia... ¿Qué educación puede superar a ésta? ¿Qué puede igualar su valor?” – “La Educación”, p. 15-16.

No hemos establecido un grado arbitrario o una cantidad de estudio como una norma de logros para la escuela. En ningún momento a la terminación de sus estudios se le presentará un diploma por haberse graduado desde el más bajo hasta el más alto grado. Sin embargo, al usar sabiamente ese conocimiento que ha recibido, el estudiante puede constantemente lograr “fines tanto más altos” y finalmente recibiendo “al despertar el deseo de alcanzar el ideal de Dios”, que le asegurará “una educación que asegura al estudiante de éxito su pasaporte de la escuela preparatoria de la tierra a la superior, la celestial". (“La Educación”, p. 16).

Así, esta institución está abierta para aquellos jóvenes quienes están “ansiosos de obtener un mejor conocimiento de las escrituras, para investigar más profundamente dentro de los misterios del reino de Dios, y buscar la sabiduría de lo alto”, a fin de calificarlos especialmente para tomar parte “en la obra final a favor de la iglesia”, y que ellos puedan demostrar ser “una gran bendición para Israel, promoviendo la justicia que exaltó a una nación, y la suministró con hombres (y mujeres) calificados para obrar, en el temor de Dios como líderes y consejeros". – “Fundamentos de Educación Cristiana”, p. 96 (en inglés). M.J.B.

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La Voz de la Facultad de la Escuela

“Darse cuenta del gran privilegio que es estar en el Monte Carmelo y tomar parte en esta obra - el mejor momento alguna vez asignado a un hombre - es una de las supremas necesidades, también como uno de los supremos deseos; y oramos no sólo particularmente por cada estudiante y maestro, sino también, en general, por cada habitante de la colina. Porque emocionante y bendecida más allá de las palabras, es la experiencia de permitírsenos formar parte de la obra aquí, donde más allá que cualquier otro lugar en la tierra, una historia imperecedera está siendo escrita más allá de las vicisitudes destinadas, cumpliendo la predicción de que “los movimientos finales serán rápidos” – “Testimonios para la Iglesia”, Vol. 9, p. 11.

“Por lo tanto, que cada estudiante, maestro, y residente del Centro del Monte Carmelo se mantenga en su puesto; que no se quede atrás al no hacer una buena labor, y que se mantenga al paso de los eventos en el rápido desenvolvimiento del rollo, y haga así del Monte Carmelo una luz para el mundo. Ansiosamente solicitamos las constantes y más sinceras oraciones de cada creyente entregado en su alma al mensaje de la Verdad Presente. J. Bingham, Director

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