SI UN HOMBRE MUERE ¿CÓMO VIVIRÁ OTRA VEZ? Y
¿A QUÉ SERA SEMEJANTE?
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS D. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 20 DE MARZO DE 1948
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS
“Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”. 1ª Tesalonicenses 4:14-18.
Aquí vemos que los que resucitan en la primera resurrección no sólo vivirán otra vez, sino que no morirán más.
Ahora para encontrar nuestra respuesta a la pregunta, ¿A qué será semejante si el hombre vive otra vez? Primero iremos al libro de Génesis:
Génesis 2:7 – “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.
En esta escritura se nos dice que Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Luego el soplo de vida fue alentado en su nariz, y así llegó a ser un alma viviente, que el aliento y el cuerpo juntos son lo que hace el alma. El proceso de desarrollo es el mismo proceso que el de hacer hielo – baja temperatura y agua hacen hielo igual que el cuerpo y el aliento hacen el alma. De aquí que cuando el aliento abandona el cuerpo, el hombre no es más un alma viviente – no, no más que el hielo es hielo después que regresa al agua. El hombre obviamente no tiene alma existente después que el aliento abandona su cuerpo, porque el cuerpo y el aliento juntos hacen el alma.
“He entendido” dice el sabio, “que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres”. Eclesiastés 3:14.
Eclesiastés 9:5, 6 – “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol”.
Eclesiastés 3:18-21 – “Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias. Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad. Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo. ¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?”.
La Inspiración vemos, primero nos dice como fue creado el hombre y a que es semejante, luego pregunta categóricamente: ¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo de la tierra? – La única respuesta que puede darse es que nadie sabe sino Dios. Y puesto que él nos ha dicho que el cuerpo y el alma juntos, no separados, hacen el alma, entonces es claro que un muerto no tiene alma, que el cuerpo regresa al polvo, y el aliento regresa al aliento, al viento. Además, lo que sucede a la bestia lo mismo sucede al hombre. Ambos tienen una misma respiración, declara la Inspiración, y el uno no tiene preeminencia sobre el otro.
Esto es lo que Dios dice acerca del alma, y nosotros debemos creerle en lugar de engañarnos a nosotros mismos con teorías no inspiradas de hombres que presuntuosamente dicen que el alma nunca muere, aunque Dios dice, “El alma que pecare, esa morirá”. Ezequiel 18:4. De ahí que, cuando el hombre muere, su alma se desvanece como lo hace el hielo cuando la temperatura sube más del punto de congelación.
A continuación para encontrar a que será semejante el hombre cuando viva de nuevo una vida sin pecado, veremos a que era semejante el hombre antes que pecara:
Génesis 3:6-8 – “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”.
Inmediatamente después que Adán y Eva habían comido del fruto prohibido, un sorprendente cambio tomó lugar. Ellos percibieron que la luz de vida y belleza con la que habían estado vestidos se desvaneció, y se vieron a sí mismos desnudos, repugnantes, y vergonzosos a la vista. Consecuentemente trataron de cubrirse con hojas y esconderse entre los árboles. La cubierta de hojas, sin embargo, no era adecuada, y por lo tanto el Señor les hizo “túnicas de pieles”.
¿A qué será semejante el hombre si vive otra vez? – Ciertamente no menos que lo que era en el principio porque todo lo que se perdió será restaurado. Tampoco será mejorado, porque todo lo que Dios hizo, él mismo dijo “bueno en gran manera”. Génesis 1:31. Y así si el hombre vive otra vez, será exactamente lo que fue Adán antes que pecara.
Ahora para la respuesta a la pregunta, “¿Cómo vivirá otra vez?” miraremos en Ezequiel –
Ezequiel 37:1-10 – “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.
“Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo”.
Aquí aprendimos que el proceso de resurrección es el mismo que el proceso de la creación: primero la estructura del hombre, luego el organismo, la carne, la piel, y al último el aliento, y de nuevo llega a ser un alma viviente. El alma o el espíritu del hombre, vemos, no es llamado a descender del cielo, o a ascender del infierno. De hecho, no un alma, sino viento de los cuatro cantones de la tierra llenan sus pulmones al mandato de Dios, y así de nuevo llega a ser un alma viviente. Entonces, también, el material del cual el hombre era compuesto originalmente, del mismo será hecho otra vez, porque hueso a hueso se juntará. Cuando él es así re-creado o resucitado, sin embargo, él debe retener el conocimiento y memoria que él tenía en su muerte, de otra manera el hombre que es resucitado no sería el hombre que murió, y si tal no fuera su caso, entonces la experiencia ganada en su vida estaría perdida.tenía en su muerte, de otra manera el hombre que es resucitado no sería el hombre que murió, y si tal no fuera su caso, entonces la experiencia ganada en su vida estaría perdida.
tenía en su muerte, de otra manera el hombre que es resucitado no sería el hombre que murió, y si tal no fuera su caso, entonces la experiencia ganada en su vida estaría perdida.
El siguiente punto de interés sería notar porque hay dos resurrecciones, mil años separadas (Apocalipsis 20:5, 6). Veamos en Romanos:
Romanos 8:10, 11 – “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”.
Los que mueren con el Espíritu de Cristo en ellos, son los que se levantan en la resurrección de los justos. Pero aquellos en los que el Espíritu de Cristo no mora se levantarán en la resurrección de los impíos, mil años después de la resurrección de los justos.
Apocalipsis 20:6 – “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”.
Si estos versículos significan lo que dicen concerniente a los justos, entonces concerniente a los malvados en realidad están diciendo:
“Maldito y profano es el que no tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte tiene potestad sobre éstos; sino que no serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y no reinarán con él mil años”.
Si aceptamos la Palabra de Dios como la Inspiración nos la da, y si somos hacedores de su Palabra, viviremos otra vez, y seremos la perfecta imagen de Dios como fueron Adán y Eva. El huerto, también, florecerá de nuevo como antes, y el árbol de la vida llevará su fruto cada mes. Y así, vemos, el hombre vivirá otra vez, y así vivirá para siempre.
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. Apocalipsis 21:4-7.
“Mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. 1ª Corintios 13:10-13.
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Lista de Publicaciones
Trat. No. 1, Pre - “Undécima Hora” Extra (Ezequiel 9)
Trat. No. 2, La Gran Paradoja de las Edades (Zacarías 6)
Trat. No. 3, El Juicio y La Cosecha
Trat. No. 4, Las Más Recientes Noticias para Mamá (Oseas 1 y 2)
Trat. No. 5, La Advertencia Final (Las Siete Trompetas)
Trat. No. 6, ¿Por qué Perecer? (Isaías 7; Zacarías 4)
Trat. No. 7, La Gran Controversia Sobre La Vara del Pastor
Trat. No. 8, El Monte de Sion a la Hora Undécima
Trat. No. 9, He Aquí, Yo Hago Todas Las Cosas Nuevas
Trat. No. 10, La Señal de Jonás
Trat. No. 12, El Mundo Ayer, Hoy y Mañana
Trat. No. 13, Saludos de Cristo
Trat. No. 14, Pronósticos de Guerra
La Vara del Pastor, Vol. 1, Edición de Bolsillo
A las Siete Iglesias, (La Apertura de Los Siete Sellos)
La Serie de los Respondedores, Libros No. 1 al No. 5

