MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA
¿Por qué Jesús enseñaba en Parábolas?
Leeré de Palabras de Vida del Gran Maestro, página 12, comenzando en el primer párrafo.
“Además tenía él otra razón para enseñar en parábolas. Entre las multitudes que se reunían a su alrededor había sacerdotes y rabinos, escribas y ancianos, herodianos y príncipes, hombres amantes del mundo, fanáticos, ambiciosos, que deseaban, sobre todas las cosas, encontrar alguna acusación contra él. Sus espías seguían sus pasos día tras día, para hallar alguna palabra de sus labios que pudiera causar su condena y acallar para siempre a Aquel que parecía arrastrar el mundo tras sí. El Salvador entendía el carácter de esos hombres, y presentaba la verdad de tal manera que ellos no pudieran hallar nada en virtud de lo cual presentar su caso ante el Sanedrín. En parábolas reprochaba la hipocresía y las obras malvadas de aquellos que ocupaban altas posiciones, y revestía de lenguaje figurado verdades tan cortantes que, si se las hubiera presentado en forma de denuncia directa, ellos no habrían escuchado sus palabras y bien pronto hubieran puesto fin a su ministerio. Pero mientras eludía a los espías, hacía la verdad tan clara que el error era puesto de manifiesto, y los hombres de corazón sincero aprovechaban sus lecciones”.
Arrodillémonos y oremos para que nosotros podamos estar en guardia en contra de ser impermeables a la Verdad como fueron las fariseos, que nosotros podamos ser de corazón honesto y beneficiarnos de la verdad que ha venido a nosotros.
UN PASTOR CUMPLE LO QUE UNA MULTITUD FRACASÓ EN CUMPLIR
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 16 DE AGOSTO DE 1947
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS
Vamos a Ezequiel 34, el capítulo que vamos a estudiar hoy.
Ezequiel 34:1, 2 – “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?”
A Ezequiel, leemos, le fue dada una visión de pastores egoístas, codiciosos, e indignos. Ahora la primera cosa de importancia es estar seguros si estos pastores egoístas vivieron en el tiempo, antes del tiempo, o después del tiempo de Ezequiel. Para encontrar esta información, leamos -
Ezequiel 34:23, 24 – “Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado”.
Los pastores egocéntricos contra los cuales el profeta se le instruyó que escribiera, son reemplazados por un pastor, David. Cuando esto tome lugar, el pueblo de Dios tendrá entonces sólo un pastor. Esto, con seguridad, no puede ser Cristo mismo, porque la Inspiración nunca lo llama David, sino por el contrario lo llama Hijo de David. Puesto que el pueblo de Dios ha tenido y todavía tiene muchos pastores, la verdad sobresale tan clara como el cristal que el David del versículo 23 y 24 aún está por venir, y que los pastores a quienes la Inspiración se dirige son en particular aquellos a quienes David le sigue.
A Ezequiel, entonces, no le fue dada una visión de los pastores en su tiempo, ni de los de antes de su tiempo, sino de los pastores después de su tiempo--el día en el cual Dios levanta este David antitípico para alimentar su hambriento y descuidado rebaño. El pueblo de Dios entonces no servirá mas a extraños, “sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré”. Jeremías 30:9. Aquí vemos que no sólo a Ezequiel, sino también a Jeremías le fue dada una visión de la misma verdad. Si, todos los profetas.
Ezequiel 37:24, 25 – “Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un sólo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre”.
Puesto que esto es la adición al “Mensaje del Tercer Angel” (Primeros Escritos, página 277) y puesto que este es el mensaje de la hora, consecuentemente el día del Reino Davidiano está a la mano, veamos en -
Oseas 3:4, 5 – “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días”.
Los muchos días están ahora casi por terminar y el tiempo para el cumplimiento de la promesa de Dios está al umbral de nuestro tiempo.
Ezequiel 34:3 – “Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas”.
Los pastores en el tiempo que el Reino están por establecerse son acusados de tomar todo lo que posiblemente pueden tomar de las ovejas, y de no darles ningún cuidado. Esto no debe ser nuestra práctica.
Ezequiel 34:4, 5 – “No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado”.
Esta actitud descuidada de parte de los pastores está causando que los laicos se extravíen de una doctrina a la otra buscando alimento espiritual y cuidado físico. Si, ellos se extravían, por así decirlo, de una colina a la otra, muchos de los cuales figurativamente se han convertido en alimento para las bestias (istmos) porque no hay pastor que cuide de las ovejas, pero hay trasquiladores para tomar la lana de sus espaldas, y la grasa de debajo de sus costillas. ¡Vergonzoso, en verdad! ¿Y quién se atreve a rehusarse a declarar lo que Dios dice?
Ezequiel 34:6-10 – “Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas. Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida”.
No nos engañemos más a nosotros mismos por más tiempo. Dios no puede ser burlado. El no abandonará para siempre sus ovejas, tampoco El retendrá para siempre pastores indignos de apacentar sus ovejas. El pronto los despedirá, y demandará que le den cuenta de su infidelidad. Es así que lo que una multitud de pastores han fracasado en hacer, un pastor, David, en las manos de Dios lo completará.
Ezequiel 34:13 – “Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país”.
En el día de este David antitípico Dios junta su rebaño de todos los países donde ellas han sido esparcidas, y las traerá a su propia tierra. Dios no las dejará más en las montañas y en los collados de los Gentiles. “Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un sólo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días”. Oseas 1:11; 3:5.
Ezequiel 34:11-16 – “Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia”.
“… Dios ha prometido que donde los pastores no son fieles, él mismo se hará cargo del rebaño. Dios nunca hizo que el rebaño dependiera totalmente del instrumento humano. Pero los días de la purificación de la iglesia se aproximan velozmente. Dios se propone tener un pueblo puro y leal. En el gran zarandeo que pronto se llevará a cabo podremos medir más exactamente la fuerza de Israel. Las señales indican que el tiempo está cerca cuando el Señor revelará que tiene un aventador en su mano y limpiará con esmero su era”. Testimonios para la Iglesia, Volumen 5, páginas 75-76.
Ezequiel 34:17 – “Mas en cuanto a vosotras, ovejas mías, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos”.
La inspiración ahora se vuelve de los pastores y habla al rebaño, a los laicos, y los amonesta de que hay dos tipos de ganado (dos clases de laicos), carneros y machos cabríos. Esto es por lo tanto una amonestación a ellos, y no debemos fracasar en declararla, y ellos no deben fracasar en oír y actuar. Por esta misma causa son publicadas las Llamadas Oportunas y esparcidas como las hojas del otoño.
Ezequiel 34:18 – “¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con vuestros pies las que quedan? ”.
Parte del ganado es acusado de ser selectivo, de comer y beber solamente lo que es de su gusto, y hollar el residuo. Aceptan cualquier Verdad que les agrada a ellos, pero rechazan el resto. Citaremos aquí un ejemplo:
“Mi labor ha sido muy desanimadora, ya que he visto que no se ha cumplido lo que Dios se había propuesto … Estos hermanos adoptaron esta posición: Creemos en las visiones, pero la Sra. White, al escribirlas, puso sus propias palabras, de modo que nosotros creeremos únicamente la parte que pensamos que procede de Dios, y dejaremos de lado la otra”. Testimonios para la Iglesia, Volumen 1, página 213.
La reprensión, “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!”, que reposó sobre los dos discípulos, es una apelación para cada uno de nosotros. Ninguno de nosotros es tan grande como el Señor, aún el que cree todo lo que los profetas escribieron. El creer completamente en los profetas es lo que hace grande al pueblo de Dios. Aquí vemos que “cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”. Lucas 14:11.
Bueno, yo por lo que uno hace no pongo en tela de juicio lo que Dios ha hablado a través de sus profetas. Yo se que El no miente; que El puede dirigir los escritos de sus profetas; que El no hace promesas vanas; que El puede cumplir todo lo que El dice; que sus profecías nunca fallan. Yo tomo las promesas de censura tan de buena gana como las promesas de condenación. Yo estudio mis responsabilidades como formuladas por El con tan gran placer como estudio las promesas de gloria.
Ezequiel 34:19 – “Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado”.
El verdadero pueblo de Dios, el verdaderamente grande pueblo de Dios, acepta lo que los así llamados sabios hollan con sus pies.
Ezequiel 34:20, 21 – “Por tanto, así les dice Jehová el Señor: He aquí yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca, por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis”.
Hay una clase de miembros en la iglesia que empujan con el costado y el hombro a quienes no les agradan, usualmente a los que no son del mismo tipo arrogante como ellos mismos. Estos tendrán su castigo. Y los que son así maltratados nunca deberían sentirse dolidos, nunca llegar a estar desanimados, porque de ellos es el Reino, mientras ellos no “empujen” y “acorneen” a otros. Los incrédulos y los “que esparcen” tendrán su recompensa.
Ezequiel 34:22-25 – “Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado. Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques”.
El estado presente de la cuestión entre ambos, los ministros y los laicos pronto tendrá que terminar. No estarán más mezclados los pecadores con los obedientes. No caminarán más juntos los hipócritas con los sinceros. No estará más el pueblo de Dios obligado a escuchar todo viento de doctrina. No serán mas descuidados, o dejados a sufrir y a temer.
Puesto que estamos ahora cara a cara con la Inspiración, se nos dice la diferencia entre lo bueno y lo malo, somos dejados sin un manto para escondernos. Ahora podemos inteligentemente escoger si servir a Dios o servir al yo y al hombre, si confiar en Dios, estudiar su Palabra por nosotros mismos o confiar en los hombres, y que otros estudien por nosotros y nos digan lo que es Verdad y lo que es error. Ahora podemos decidir si dejar que el prejuicio nos controle, o abrir nuestro corazón para que la Verdad pueda encontrar alojamiento allí. Ahora podemos ser como objetos oscuros en la esquina, o como luces brillantes en la cumbre de las montañas. “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”. Daniel 12:3.
Ezequiel 34:26 – “Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán”.
Con frecuencia cantamos el canto, “Lluvias de Gracia”, pero ahora depende de nosotros – si las tendremos o correremos para alejarnos de ellas. Los que aceptan todo lo que Dios da, todo lo que los profetas han escrito, sobre ellos caerán las lluvias. “Sólo los que han vencido la tentación en la fuerza del Todopoderoso se les permitirá tomar parte en la proclamación [del Mensaje del Tercer Angel] cuando éste se intensifique hasta ser el Fuerte Pregón”. Review and Herald, Noviembre 19, 1908.
Ezequiel 34:27 – “Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos”.
Habrá lluvias de bendición y una gran cosecha también. Esto será cuando las coyundas de nuestro yugo sean quebradas, cuando seamos librados de las manos de los que se sirven a sí mismos en vez de servir al rebaño.
Ezequiel 34:28,29 – “No serán más por despojo delas naciones, ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con seguridad, y no habrá quien las espante. Y levantaré para ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las naciones”.
Dios no solamente libra a su pueblo de las manos de los hermanos infieles y crueles, sino que también los protege de ser presa de los paganos, y sus doctrinas.
Ezequiel 34:30, 31 – “Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor”.
Dios no abandona su rebaño, El tiernamente los llama “Mi rebaño”, y les asegura que él es su Dios. Sin falta él levantará un pastor para completar lo que una multitud ha fracasado en completar. Ahora es su oportunidad para regocijarse en “el alimento a su tiempo”, en la mano del pastor escogido por Dios, o morirse de hambre en los desperdicios en la mano de una multitud de pastores.