El pueblo que difícilmente tiene probabilidad

La Única Paz de Mente

EL PUEBLO QUE DIFÍCILMENTE TIENE

PROBABILIDAD

 
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS D. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 24 DE ENERO DE 1948
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS

   El texto de nuestro tema para esta tarde se encuentra en Proverbios 29:18

   Proverbios 29:18 – “Sin profecía el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado”.

   Al comienzo de nuestro estudio averigüemos hasta que grado ha sido cumplida esta escritura. En los días de Moisés, recordemos, los Egipcios no tenían visión, pero los Hebreos si tenían una visión y un profeta para interpretar la visión. Con este don entre ellos cuando vinieron contra el Mar Rojo los Hebreos fueron preservados, pero los Egipcios perecieron. “El hombre sabio”, vemos, no estaba adivinando cuando dijo “Sin profecía el pueblo será disipado”.

   Supongamos, entonces, que el pueblo tiene visión, pero no tiene intérprete para la visión. ¿Qué entonces? Veamos. Se acuerda de Nabucodonosor, rey de Babilonia, tuvo una visión de noche pero no tenía intérprete, no ni uno entre todos sus hombres sabios en el reino. Consecuentemente como ellos eran incapaces de interpretar su visión (Daniel Capítulo 2), se decretó que ellos serían muertos, y ellos habrían perecido si Daniel, el hombre de Dios, no haya estado en la tierra para interpretar la visión del rey.

   Faraón, también, tuvo una visión pero no tuvo intérprete. Y si José no haya estado en la tierra de Egipto para interpretar la visión del rey, los Egipcios y todo el mundo antiguo habría perecido durante los siete años de hambre. Vemos lo que la Biblia dice, es cien por ciento verdad.

   Ahora permítame preguntarle una simple pregunta. Si el pueblo sin una visión y sin un intérprete perece, ¿cómo entonces tendrán la visión y el intérprete?  Pedro da la clave.

   2ª Pedro 1:19, 20 – “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada”.

   Aquí se nos dice que la profecía, una visión, es la prueba decisiva por la cual juzgar lo que la Verdad Bíblica quiere decir; eso es, si la cosa no está en profecía, si no hay visión de que esta se encuentra en los escritos de los profetas, entonces, no hay verdad en ella. Si, las visiones de los profetas deben ser nuestras visiones si hemos de ser preservados. La profecía, entonces, que él sostiene no es de más interpretación privada que lo que fueron las visiones de Nabucodonosor y Faraón, que los hombres sabios de cualquier pueblo no son capaces de interpretar las profecías secretas de Dios. ¿Por qué? –

   2ª Pedro 1:21 – “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.

   Esto es exactamente porque la profecía no puede ser de particular interpretación, no sin el Espíritu que dictó las profecías a los santos hombres en lo antiguo. Así que entonces, las profecías no son interpretadas por la voluntad de los hombres, sino por el Espíritu de Verdad, “el Espíritu de Profecía”, el mismo Espíritu que dictó las profecías. Esto, vemos, no es idea mía. Es el claro lenguaje de la Biblia. Pero quizá todavía hay duda en su mente, y si es así haríamos bien en hacerle otra prueba a la Biblia.

   Por lo tanto, consideremos de nuevo los reyes de Babilonia y Egipto. Ambos reyes dieron la oportunidad a sus hombres sabios para interpretar algunas de las cosas las cuales nosotros encontramos ahora en la Biblia. Los reyes de esas tierras antiguas dieron a sus hombres sabios no sólo la oportunidad de atraerlos con ricas recompensas por interpretar las visiones, sino aun amenazas de muerte si fracasaban en hacerlo. Esto es verdad especialmente en Babilonia. Sus hombres sabios fracasaron y aun abierta y sabiamente admitieron que revelar las cosas secretas de Dios no era su negocio.

   ¿No son estas pruebas suficiente fuertes para convencer a algunos de ustedes que las cosas secretas de Dios, tales como las profecías secretas, no son reveladas por hombres finitos, – no, ni por el Diablo siquiera, que cuando Dios quiere que una cosa sea secreta, permanece secreta hasta que El mismo la revela? Entonces cuando es revelada todos deben saber que Dios mismo está obrando. Por consiguiente ¿no se están haciendo tontos los hombres sabios del día al ventilar sus interpretaciones privadas de las Escrituras no reveladas?

   Es bastante difícil para la mente ordinaria admitir que está equivocada, entonces por favor dígame

¿cuán fácilmente admitirán sus errores nuestros hombres sabios, quienes piensan de sí mismos sostenerse sin escudriñar para admitir sus errores? Porque eso es exactamente lo que deben hacer a sus audiencias si ellos mismos han de aceptar las profecías cuando son reveladas por el mismo Espíritu Santo. Y si ellos no desisten de sus interpretaciones privadas y toman la interpretación del Espíritu, ¿no pecarán contra el Espíritu Santo?

   Los hombres sabios de Caldea y Egipto no se les permitió avanzar en sus ideas privadas acerca de que podrían significar las visiones del rey, así que al último fue un asunto fácil para ellos decir “no sabemos”. Pero no fue del todo fácil para los sacerdotes, escribas, y Fariseos en los días de Cristo retractar lo que le habían enseñado al pueblo, y tampoco será fácil para los intérpretes privados de hoy, aunque sepan que tal confesión honesta y penosa los haría grandes héroes.

   Las interpretaciones privadas de hoy han dañado y confundido al mundo más que en ningún otro tiempo. Mire al mundo de hoy hecho pedazos en sectas. Ha separado el Cristianismo en cientos de sectas, pedazos de todos tamaños, uno en desacuerdo con el otro. ¿Quién puede decir que sus diversas interpretaciones privadas de las Escrituras son inspiradas, confiables, o capaces de servir para algo sino para causar que los Cristianos riñan y discutan entre sí sobre teorías y doctrinas? ¿Están estos presuntuosos intérpretes de las Escrituras trayendo a los Cristianos a un acuerdo, habilitando para un segundo Pentecostés? ¿o los están dividiendo e inhabilitando? ¿No se están haciendo tontos a sí mismos en los ojos del mundo no-Cristiano? Es claro ver que ni siquiera son tan sabios como los hombres sabios de los días de José

o los días de Daniel. Suena difícil, yo sé, pero sería peor dejarlos durmiendo sin hacer algo para despertarlos. Nadie puede mirar un hombre ciego caminando en un puente abierto sin hacer algo para prevenirlo de caer de sopetón al río. Si ellos no abren sus ojos ahora, entonces ¿quién puede decir que no son el pueblo que difícilmente tiene probabilidad?

   Sus interpretaciones teóricas de las Escrituras están formando discordia dentro de toda denominación, y al mismo tiempo sus adeptos oran y hablan de haber recibido o esperan recibir el don del Espíritu. Ellos piden, no tener el don de interpretación inspirada, no tener corregidas sus interpretaciones privadas, o conocer la Verdad mas completamente, sino que piden recibir el don de hacer milagros. Si, eso es todo lo que ellos buscan. ¡Que presunción! ¡Y que insulto a la Inteligencia!

   ¿Milagros con qué propósito? – Por ningún otro que confundir aún una más grande multitud con sus interpretaciones privadas. Pueden engañar a los hombres pero yo le digo ellos nunca pueden engañar a Dios, y es mejor que ni lo sigan tratando más.

   Ahora, supongamos que tenemos una visión y también un intérprete, pero no tenemos fe. ¿Qué entonces? – si tal es nuestro caso, entonces yo creo que en tal estado desventurado de la mente sería mejor que no tuviéramos ni visión, ni intérprete, porque si tenemos ambos una visión y un intérprete, pero no tenemos fe seríamos responsables de rechazar a ambos, y así doble pecado contra el Espíritu Santo. Entonces nos encontraríamos en una situación aún más envidiable

 

de la que estuvieron los Judíos.

   No hay perdón por pecar contra el Espíritu Santo, contra la Inspiración, porque una vez rechazada no hay nada mas por lo cual un pecador pueda ser traído a Cristo. Consecuentemente no hay mas esperanza para el tal, porque no hay nada mas que el cielo pueda hacer para despertarle a su pobreza, y de ahí que no mas remedio, no perdón de pecado.

   Pero uno puede decir, “Yo tengo fe en la Biblia, en la Palabra de Dios”. Podemos tener más fe en la Biblia que la que tuvieron los Judíos, pero si tal fe unilateral fue un daño para los Judíos, entonces ¿qué sería para otros? No, los Judíos no fueron condenados por falta de fe en la Biblia, sino por no tener fe en los mensajeros de Dios, no fe en los profetas y sus interpretaciones de las Escrituras. Además, fe en la Biblia sin fe en el intérprete quien dictó la Biblia es tan bueno como admitir que el pan es en verdad el sostén de vida, pero rehusarse a tomar una mordida de él. Veamos que tiene que decir la Biblia misma concerniente a tales desventurados:

   2ª Crónicas 36:14-17 – “También todos los principales sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén. Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio. Por lo cual trajo contra ellos al rey

 

de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni decrépito; todos los entregó en sus manos”.

   Los transgresores aquí mencionados, vemos, no fueron dejados a la matanza simplemente porque eran grandes pecadores; Dios tuvo compasión de ellos mientras pecaban, y envió mensajeros para corregirlos e iluminarlos. Pero después que rechazaron sus mensajes, y mataron a sus mensajeros llenos del Espíritu, pecaron contra el Espíritu Santo, entonces no había nada más que él podía hacer sino dejar que sus enemigos los destruyeran.

   Consideremos otro ejemplo, este en el tiempo de Jesús. Los Judíos en su tiempo tenían una fe aun más grande en las Escrituras que alguien antes que ellos. Con las Escrituras acusaron, probaron, y crucificaron al Señor. En lo que ellos no tenían fe era en las interpretaciones de Jesús de las Escrituras. Como resultado, algunos años más tarde su ciudad fue destruida, y todo el que se encontraba allí quemado como ratas, solamente porque fracasaron en prestar atención a las instrucciones de Jesús:

   Lucas 21:20-22 – “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas”.

Sin visión, vemos, el pueblo perece. Y también sin intérprete y sin fe

del mismo modo perece. Y por eso “el Espíritu de Profecía” es una necesidad absoluta para el pueblo de Dios en todas las generaciones.

   El Laodiceanismo hoy, sabemos, está en una situación peor que cualquier pueblo en cualquier otro tiempo, porque por protestar que no hay necesidad de profetas, ninguna necesidad de más verdad, ellos ya los han rechazado, si, matado en realidad. ¿Si ellos no esperan mas verdad y si Jesucristo mismo viniera con mas verdad no lo crucificarían también? Yo sé que no estoy haciendo una declaración imprudente, ni tampoco exagerando, y también sé que la Biblia me sostendrá en lo que estoy diciendo, de otro modo no lo diría.

   Hemos visto ahora que las Escrituras no son de particular interpretación, y que el Cristianismo como un todo no tiene intérpretes inspirados, Divinamente asignados, ni siquiera pretende tener uno, y que el pueblo está tan confundido como estaban los tontos edificadores de la torre de Babel cuando su lenguaje fue reemplazado con diversos lenguajes.

   Ahora, entonces, si esta es la Verdad que hace a uno libre, y si viene únicamente a través de la Inspiración, y si el Cristianismo fracasa en reconocer esto y no le da así oportunidad a Dios de salvarla, entonces ¿cual será su suerte, y también la suerte de la iglesia misma? Usted sabe la respuesta.

   La raíz de este error, entonces, brota del corazón de la iglesia que profesa ser la luz del mundo, porque ella se siente rica y enriquecida, sin necesidad, ni de Verdad, ni de profetas, a pesar del hecho que el Señor mismo le dice que es cuitada, miserable, pobre, ciega, y desnuda, por ser vomitada, y en necesidad de todo (Apocalipsis 3:

14-18). Pasar por alto esta acusación y todavía decir que no tenemos necesidad de nada es insultar al Señor, y acusar a Dios de haber desechado la tierra, la Iglesia, y el pueblo, y dejarlos a todos para hacer lo mejor que puedan en su confusión y seguridad carnal, esperando levantarse a si mismos de su engaño por las correas de sus botas.

   Hay sólo una cosa que su pueblo ha sido enseñado a tener cuidado, y eso es cuidarse de falsos profetas, y como el pueblo no se da cuenta que no puede haber falsos donde no hay verdaderos, ¿no puede ver su contradicción? “¡Qué mayor engaño puede penetrar en las mentes humanas que la confianza de que en ellos todo está bien cuando todo anda mal!” – Testimonios para la Iglesia, Volumen 3, página 279. Digo terrible, y significa terrible, porque si siguen imaginando que son ricos y enriquecidos, en necesidad de nada, mientras están destituidos de todo, ciertamente serán “vomitados”.

   Si despiertan a su pobreza, este será el milagro más grande desde el comienzo del mundo. Digo que será el más grande, porque no sienten la necesidad de la ayuda de Dios a través de la Inspiración, no esperan nada, son prejuiciosos, sospechosos, y temerosos de todo el que no esté de acuerdo con sus ideas preconcebidas. Por consiguiente son más difícil de alcanzar con la Verdad salvadora de hoy que lo que fueron los Judíos de ayer.

   ¿Permanecerá la Iglesia para siempre en su engaño, o despertará a su gran necesidad? Tendremos estas preguntas contestadas si vamos al Apocalipsis:

“Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra

abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca. Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo … porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. Apocalipsis 12:16, 17; 19:10.

   Aquí está la respuesta de la Biblia, que dice que habrá un pueblo que tendrá el Testimonio de Jesucristo al tiempo que la tierra sorbe el río, los hipócritas. Y puesto que este incidente es futuro aun, muestra que habrá un profeta en la Iglesia, porque la interpretación de la Biblia de “el Testimonio de Jesucristo”, es “el Espíritu de Profecía” (Apocalipsis 19:10). La primera parte del capítulo 19 notaremos que explica que el Espíritu de Profecía es traído a ellos por un hombre, un “siervo”, y que los que lo reciben sienten que lo adoran a él, pero él los dirige a adorar a Dios, no al hombre.

   El remanente que es dejado, los santos que no fueron sorbidos por el río del dragón cuando la tierra abre su boca, notamos que tienen el “testimonio de Jesucristo”, el vivo Espíritu de Profecía activo en su medio. Por lo tanto la Iglesia no dormirá para siempre, el verdadero pueblo de Dios despertará a su pobreza, se beneficiarán de esta estupenda llamada, pero el río del dragón llenará las entrañas de la tierra.

   Nadie se engañe a sí mismo pensando que la Biblia misma es el activo Espíritu de Profecía. Seamos el pueblo real de Dios, pensadores lógicos, no cazadores atormentados. La Biblia, sabemos, sin el canal humano, es tan inactiva como si solo fuera tinta y papel. Además, el Espíritu, también, separado del hombre, es inactivo también:

él, también, obra a través del agente humano. De aquí que, sin un intérprete inspirado las profecías secretas y el Espíritu que las revela son inactivos. Además, ¿cómo puede decirse de un grupo en particular que tiene el Espíritu de Profecía, cuando todas las sectas en el Cristianismo tienen la Biblia?

   El remanente, que tiene el Espíritu de Profecía entre ellos es dirigido a guardar los mandamientos de Dios, mientras que el resto del mundo, por la influencia del Dragón, los persigue. En esta luz, otra vez se ve que un remanente escapará del presente engaño que ha abofeteado a todo el mundo Cristiano.

   Finalmente, ¿qué puede ser el río del Dragón que procede de su boca sino los interpretes de las Escrituras impulsados por el Dragón a través de los cuales él espera causar que la iglesia sea arrebatada?

   Verdaderamente los profetas escogidos por sí mismos en el Israel de hoy son más en número que los profetas en el tiempo de Elías. Aquí hay un hecho que sólo una persona sorda y ciega trataría de negar. No, no me es placentero revelar esta Verdad, lo hago sólo porque debo hacerlo. Dios quiere que su pueblo tenga la Verdad, y no tengo alternativa sino decirlo.

   Este río contra el cual la Iglesia perpetua está luchando para seguir su camino, será, se nos dice, sorbido por la tierra. Será quitado como fueron los profetas escogidos por sí mismos en el tiempo de Moisés: a saber, Coré, Datán, y Abiram, “Príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre”. Números 16:2. Estos y todos sus seguidores y simpatizantes

perecieron. “Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes” Números 16:32.

   Aquí tenemos el tipo, y el ejemplo, también mostrando que lo que fue hecho en los días de Moisés con los hombres que trataron de promoverse a sí mismos al oficio del Espíritu de Profecía, será hecho con los hombres que aspiran al mismo oficio en nuestros días. Ellos son el pueblo que difícilmente tiene probabilidad.

   Así es que cualquiera que es llamado a enseñar lo que el Espíritu de Profecía les revela no debe aspirar a interpretaciones privadas, no inspiradas de las Escrituras. Si lo hacen, ellos y todos los que los siguen tendrán su recompensa al menos que se arrepientan.

   Gálatas 3:1-3; 4:16 – “¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad …? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” “¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?”.

   Permítame mostrarle otra vez el pueblo que está en el más grande peligro de fracasar en servir al Señor como el Espíritu dirige. Esto lo podemos ver de nuevo de los ejemplos del pasado. Puedo ir tan lejos hasta Caín y Abel. Caín fue el primogénito de Adán y de acuerdo a la regla de la Biblia, el primogénito había de ser el líder, el sacerdote. De esta experiencia sabemos que él, el líder, el ministro en la familia, fue el primero en la historia que adoró de acuerdo a sus propias interpretaciones privadas de la religión. Y por el fracaso de Abel en seguir la manera de adoración de Caín, Abel fue muerto por las propias manos de Caín.

   A continuación, los llevaré al tiempo de Abraham. Sabemos que Ismael fue el primogénito de Abraham e Isaac su segundo. Ismael, el primogénito, nacido de la carne persiguió a Isaac, que nació del Espíritu.

   Luego, viniendo hasta los gemelos de Isaac, Esaú y Jacob: Esaú era el poderoso hombre del día, y el primogénito en el hogar; él era el primogénito para guiar en el servicio de Dios. Pero él, también, estaba más interesado en cazar que en la obra del Espíritu. Él puso poco valor en la obra del Espíritu que él vendió su primogenitura por un plato de potaje. A pesar de esto, todavía esperaba la bendición prometida de su padre, pero ¡la Providencia intervino! Cuando descubrió su pérdida, él, por supuesto, como Caín en lo antiguo, buscó matar a su hermano.

   En el tiempo de Moisés encontramos el mismo espíritu obrando por medio de los primogénitos, porque los que eran de veinte años o mayores cuando salieron de Egipto, perecieron en el desierto, con la excepción de Caleb y Josué.

   De estos ejemplos en los días de nuestros tipos, vemos que los que son primeros, y los que son poderosos, que su primogenitura en la iglesia les da el privilegio de dirigir al pueblo, están en el más grande peligro de errar o perder sus almas. Pero con semejante cuadro claro ante ellos por medio de estos ejemplos Bíblicos, esperamos que se vuelvan contra el antiguo Dragón y salgan de sus garras. Si ellos salen, verdaderamente serán considerados como valientes hombres de Dios como fueron los tres Hebreos después que salieron del horno de fuego y como Daniel después de salir del foso de los leones.

   “Dejáos del hombre, cuyo aliento está en

su nariz; porque ¿de qué es él estimado?” Isaías 2:22. La Verdad Inspirada, Hermano, Hermana, es lo único que cuenta, y solamente cuando usted mismo investiga y personalmente decide tomar su posición aunque todo el mundo la rechace y se aparte de usted. Por lo tanto no nos amontonemos más con la marea como una piedrecilla con las olas del mar. Debemos ser hombres y mujeres de aguante y estabilidad si hemos de seguir a Dios y su Verdad.

   Ahora hemos visto claramente que los que tomaron tal posición como la Verdad presenta aquí, fueron los héroes de Dios en el pasado, y tales deben ser sus héroes de hoy, aunque sean perseguidos, burlados, y arrojados como lo fueron los que fueron antes de ellos.

   La victoria sobre cada fracaso puede ser ganada por la visión divina, la interpretación divina, la fe divina. Vemos que estos tres son inseparables y solamente estos tres guía a Cristo y a la vida eterna. Esto es verdadero, la justicia de Cristo, no empañada con el oropel de los hombres.

   Por supuesto, tendrá que enfrentar la oposición, pero así lo hizo el Señor mismo. ¿Es usted más grande que él? De cualquier manera, hay una cosa que los enemigos de la Verdad no pueden hacer, y eso es, ellos no pueden ganar un argumento contra la Verdad, que sólo den algo tan bueno. Su único propósito es quitarle la perla de gran precio. Y su único propósito por lo tanto debiera ser mantenerla aunque usted tenga que perder todo lo demás si intenta prevenir el pueblo que difícilmente tiene una posibilidad y ganar en la carrera con los Justos. Visión Divina, intérprete lleno del Espíritu, y una fe que no falla, es lo que todos necesitamos tener, no sea que todos perezcamos.