Los Laodicenses perecen sin el "Mensaje a los Laodicenses"

La Única Paz de Mente

LOS LAODICENSES PERECEN SIN EL

“MENSAJE A LOS LAODICENSES”

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS D. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 27 DE DICIEMBRE DE 1947
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS

  Apocalipsis 3:15-17 – “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”.

  “¡Qué mayor engaño puede penetrar en las mentes humanas que la confianza de que en ellos todo está bien cuando todo anda mal! El mensaje del Testigo Fiel encuentra al pueblo de Dios sumido en un triste engaño, aunque crea sinceramente dicho engaño. No sabe que su condición es deplorable a la vista de Dios. Aunque aquellos a quienes se dirige el mensaje del Testigo Fiel se lisonjean de que se encuentran en una exaltada condición espiritual, dicho mensaje quebranta su seguridad con la sorprendente denuncia de su verdadera condición de ceguera, pobreza y miseria espirituales. Este testimonio tan penetrante y severo no puede ser un error porque es el Testigo Fiel el que habla y su testimonio debe ser correcto”. Testimonios para la Iglesia, Volumen 3, páginas   279-280.

  Cuando el pueblo está cuitado, miserable, pobre, ciego, y desnudo como están los Laodicenses, y no lo saben, entonces el único título que se les puede dar a ellos es “Engañados”, con todo irónicamente ¡los Laodicenses son el pueblo más temeroso de ser engañados! Ellos piensan de sí mismos que no tienen necesidad de nada, aunque el Señor mismo dice que están en necesidad de todo. Ellos piensan que son ricos y están enriquecidos. ¿Qué riquezas? – No de dinero, estoy seguro, porque todo el tiempo los oímos pedir dinero, aún suplicando por él.

 

  Es supuestamente con suficiente Verdad Bíblica que ellos están satisfechos. Ellos están confiados de que tienen toda la verdad revelada que necesitan para llevarlos hasta el Reino. Este es su gran engaño. No conocen su gran necesidad de Verdad ahora mientras la Iglesia está por entrar a la última fase de su obra. No se dan cuenta que esta siguiente fase de la obra de la iglesia no puede ser llevada adelante con su vieja fase de Verdad. La Iglesia ahora no puede hacer más sin el mensaje adicional (Primeros Escritos, página 277) de lo que pudo hacer al fin de la era del Antiguo Testamento habiendo entrado a la dispensación Cristiana con la Verdad ceremonial del Antiguo Testamento aislada del Evangelio.

  Pero, es triste decirlo, hablar a los Laodicenses de más Verdad de la que ya tienen es incurrir en su más grande desagrado; y la idea de que no necesitan más Verdad, que la tienen toda, y que alguien está siempre tratando de engañarlos, ha estado taladrando en ellos tan profundamente como puede ser taladrado. Esto los ha hecho prejuiciados y sospechosos de todo el que se atreva a acercarse a ellos con algo nuevo. Esto es lo que los pone en una mala posición como los antiguos Judíos. Claro es que si los Laodicenses escogen así permanecer tibios, satisfechos en su engaño, serán vomitados y para siempre dejados sin esperanza.

  Apocalipsis 3:18 – “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas”.

  El oro refinado en fuego obviamente representa la Verdad inspirada para este tiempo, la única verdad que salva, la única clase que Dios vendería. Y ¿qué pueden ser las vestiduras blancas que el Testigo Fiel les urge comprar, sino la justicia de Cristo?

  ¿Y qué debe hacer uno para obtenerlas? – Encontraremos la respuesta en –

  Miqueas 6:5 – “Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de Moab, y qué le respondió Balaam hijo de Beor, desde Sitim hasta Gilgal, para que conozcas las justicias de Jehová”.

  Aquí se nos aconseja recordar la pregunta de Balac y la respuesta de Balaam si hemos de conocer la justicia del Señor. Veamos en –

  Números 24:17-24 – “Lo veré, mas no ahora; lo miraré, mas no de cerca; saldrá ESTRELLA de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set. Será tomada Edom, será también tomada Seir por sus enemigos, e Israel se portará varonilmente. De Jacob saldrá el dominador, y destruirá lo que quedare de la ciudad. Y viendo a Amalec, tomó su parábola y dijo: Amalec, cabeza de naciones; mas al fin perecerá para siempre. Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo: Fuerte es tu habitación; pon en la peña tu nido; porque el ceneo será echado, cuando Asiria te llevará cautivo. Tomó su parábola otra vez, y dijo: ¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas? Vendrán naves de la costa de Quitim, y afligirán a Asiria, afligirán también a Heber; mas él también perecerá para siempre”.

  Obviamente esta es una profecía de Cristo habiendo tomado “las riendas en sus manos” Testimonios para Ministros, página 300. Tal es su Justicia que se nos urge conocer. Concretamente hablando, conocer la Justicia de Cristo es conocer de todo corazón que en los últimos días él tomará el Cetro, que él reinará; que a la salida él herirá los “cantones de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set”; que Edom y Seir serán posesión de sus enemigos; que Israel se portará varonilmente; que él tendrá dominio, y como sigue. De acuerdo a la escritura, esto es nuestra justicia de Cristo si la conocemos. Y el que se da cuenta que el reinado de Cristo y su reino no es algo impalpable, no algo imaginario flotando en el espacio, como si fuera, algo al cruzar el infierno, sino una cosa real, tan real como cualquiera de los reinos de hoy, inmediatamente se informará, como lo hizo el Apóstol Pablo, “¿Qué quieres qué haga Señor?” Esto lo veremos otra vez en la profecía de Miqueas

  Miqueas 6:6, 7 – “¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?”.

  Esta pregunta por el pueblo de Dios en el desarrollo de esta escritura revela que lo que ellos piensan sería lo más agradable para el Señor. Ellos piensan que un presente de cualquier clase de cosas materiales quizá el presente más aceptable que pueden ofrecer para la remisión de sus pecados. Nosotros con nuestros propios ojos realmente vemos esta misma cosa por todas nuestras iglesias. Esta misma condición alcanzada en los días del primer advenimiento de Cristo; los Judíos eran muy particulares acerca de pagar el diezmo aún en las más mínimas cosas de sus ganancias, en tales como menta, anís, y comino, pero omitían “lo que es lo más importante de la ley, el juicio, la misericordia, y la fe”. Mateo 23:23. El diezmo honesto era para su crédito, dice el Señor, pero el diezmar nunca remplazaría el juicio, la misericordia, y la fe. Esta misma respuesta viene a nosotros hoy a través del profeta Miqueas:

  Miqueas 6:8 – “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.

  Una vez habiendo captado la visión de la gran necesidad de un reavivamiento y reforma, el pueblo de Dios está dispuesto a hacer casi cualquier cosa, aún sacrificar a sus primogénitos.

  Para mas información la Inspiración aconseja –

  Miqueas 6:9 – “La voz de Jehová clama a la ciudad, y el sabio mirará a tu nombre. Oíd la vara, y a quien la establece”.

  Estas son las respuestas de Dios para las preguntas, “¿Con qué prevendré a Jehová, y adoraré al alto Dios?”

  Puesto que se nos pide hacer “juicio, y amar misericordia, y humillarte para andar con [nuestro] Dios”, debe ser que nosotros como pueblo no estamos practicando estas cosas, que hay deshonestidad, inconsideración, y orgullo. Nos alegramos, sin embargo, que no estamos desesperadamente condenados por nuestras iniquidades, sino que se nos invita a desistirlas, a apartarnos de ellas, si esperamos estar sobre el Monte Sión con el Cordero.

  Por medio del profeta Ezequiel se nos muestra donde abusamos el don de misericordia y justicia.

  Ezequiel 34:21, 22, 31 – “Por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis. Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja … Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor”.

  Los enfermos, los débiles, son por supuesto los que son menos influenciados, y por una razón u otra son incapaces de sostenerse por sí mismos. Estas son empujadas y acorneadas por la clase más fuertes, injusta y sin misericordia, la clase que controla la obra. Esta clase sin embargo será juzgada finalmente.

  Hay sólo un curso seguro para seguir si hallaremos favor con el Señor, y ese curso es delineado por el profeta Isaías:

  Isaías 7:21, 22 – “Acontecerá en aquel tiempo, que criará un hombre una vaca y dos ovejas; y a causa de la abundancia de leche que darán, comerá mantequilla; ciertamente mantequilla y miel comerá el que quede en medio de la tierra”.

  ¡Imagine una vaca y dos ovejas supliendo con mantequilla y miel todos los que queden en la tierra! Puesto que una vaca y dos ovejas literales posiblemente no podrían hacer esto, debemos estar de acuerdo que son símbolo de algo que no solamente es capaz de producir abundancia de leche, sino es también capaz de preservar la vida de sus patrones.

  Hay sólo una cosa que consiste de tres partes tales (dos ovejas y una vaca joven que es capaz de mantener al mundo vivo, y eso es la Biblia – desarrollada por el Espíritu de Profecía, el Espíritu que guía a toda Verdad. Las dos ovejas, no siendo jóvenes, y dos de una clase, deben ser símbolos de la Biblia misma, ambos Antiguo y Nuevo Testamentos. La vaca siendo joven y más grande en tamaño, es obviamente símbolo de algo de origen mas reciente, y más voluminoso que la Biblia misma. De aquí que no es otra que las obras publicadas del siempre vivo Espíritu de Profecía – la interpretación inspirada de las Escrituras.

  Los que quedaren en la tierra, por consiguiente, cuando Cristo tome su cetro para reinar, son los que viven con la mantequilla y miel que la Biblia y el Espíritu de Profecía pueden suplir. Todos los otros perecerán con los modernos Edomitas y Moabitas.

  En la misma profecía simbólica se nos muestra que Cristo mismo supo la diferencia entre lo bueno y lo malo estudiando las escrituras.

  Isaías 7:14, 15 – “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno”.

  Nadie negaría, como se mencionó en nuestro estudio de la semana pasada, que esto es una profecía del primer advenimiento de Cristo. Y como tenemos el registro de que su dieta no era de mantequilla derivada de la leche y de miel de abeja, no restringida como era la de Juan el Bautista, también por el hecho de que la mantequilla y miel literales no tienen la eficacia de compeler a alguien para elegir lo bueno y desechar lo malo, todo esto prueba que la “mantequilla y miel” son símbolos de la Palabra de Dios, que Cristo mismo aprendió de las Escrituras para elegir lo bueno y desechar lo malo.

  Aquí vemos que uno necesita un suplemento diario de mantequilla y miel espiritual si ha de sustentar su vida espiritual. Eso es, el alimento de ayer no puede tomar el lugar del alimento de hoy – no, no más que el mensaje inspirado de Noé de sus días, puede tomar el lugar del mensaje inspirado del Reino hoy.

  Únicamente el mensaje enviado del cielo para hoy puede salvar al pueblo de hoy. Esto es tan real y tan verdadero y tan lógico como es decir que los vivos no pueden ser juzgados con el mensaje del juicio de los Muertos. Si, “bienaventurado … es el siervo fiel y prudente, al cual puso su Señor sobre su casa para que les dé alimento a tiempo”. Mateo 24:45, 46.

 

  Para más adelante darnos cuenta que necesitamos estudiar para reconocer las abominaciones que nos rodean, y para saber como evitarlas, leeré de Testimonios para los Ministros, página 445.

  “Este sellamiento de los siervos de Dios [los 144.000] es el mismo que se le mostró a Ezequiel en visión. Juan también fue un testigo de esta terrible revelación”.

  Ezequiel 9:4-6 – “Y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo”.

  Cuando el día se acerque para que esta Escritura sea cumplida, entonces su verdad debe ser el “alimento a tiempo” para el pueblo de ese tiempo. Nada más puede tomar su lugar. Y así vemos que como Nínive preservada por el mensaje para ella, así los Laodicenses pueden ser salvados únicamente por el “Mensaje a los Laodicenses”.

  De lo siguiente vemos que el mensaje a los Laodicenses llevará fruto, que muchos aprenderán a elegir lo bueno y desechar lo malo.

  “En el tiempo en que su ira se manifieste con castigos, estos humildes y consagrados discípulos de Cristo se distinguirán del resto del mundo por la angustia de su alma, expresada en lamentaciones y lloros, reproches y amonestaciones. Mientras que otros procuran arrojar un manto sobre el mal existente, y excusar la gran impiedad que prevalece por doquiera, los que tienen celo por el honor de Jehová y amor por las almas no callarán para obtener el favor humano. Sus almas justas se afligen día tras día por las obras y conversaciones profanas de los impíos. Son impotentes para detener el torrente de la iniquidad; de ahí que se llenen de pesar y alarma. Lloran delante de Dios al ver la religión despreciada en los mismos hogares de aquellos que han tenido gran luz. Se lamentan y afligen sus almas porque en la iglesia hay orgullo, avaricia, egoísmo y engaño de casi toda clase” – Testimonios para la Iglesia, Volumen 5, páginas 195-196.

  Puesto que ahora claramente vemos que los Laodicenses perecen sin el mensaje a los Laodicenses, deberíamos asirnos a la Verdad para este tiempo, y ganar nuestra corona de vida, y en adición a esto, seremos acreditados con una buena cosecha de almas y con la alabanza “Bien, buen siervo y fiel” Mateo 25:23.